Mi jefe es un hijo de puta
Hace poco tiempo me encontré un amigo, hacía tiempo que no le veía, y la verdad es que me sorprendió las «pintillas» que llevaba, había engordado, dejadez en su vestimenta, incluso su forma de hablar distaba mucho de su risueña forma que tenía de ver las cosas. Al preguntarle que le pasaba, me comentó que llevaba meses de baja, una baja por depresión y ataques de ansiedad provocado por un jefe que le había tenido sometido a un acoso y derribo brutal en los últimos meses.
«No te enteras de nada», «lo quiero para mañana», «no se para que te pago»… de las lindezas más suaves que el incompetente jefe soltaba por su boca. Hacerle trabajar en mitad de sus vacaciones, aún estando en la playa, darle el pésame por la muerte de su madre por whatsapp estando en el mismo edificio, semanas de 80 horas incluidos fines de semana, pagarle una auténtica vergüenza desempeñando funciones completamente distintas y de responsabilidad prometiendo subidas merecidas de sueldo… así miles de cosas… ¿Por qué aguantaba?, primero porque estaba cegado, por lo que parecía, un increíble proyecto y luego porque es padre y tiene que llevar dinero a casa, y a esta alturas, en esta sociedad, cambiar de trabajo con más de 40 es muy complicado.
Se te pasa por la cabeza muchas cosas cuando ves a alguien que quieres en esa situación, ves con que pena y cara te cuenta lo que ha pasado… cuando la empresa, presumiendo de profesional, no muestra en ningún momento interés por él y se limita a difundir falsa información, diciendo que está de baja porque busca el despido… , pues lo único que se te pasa por la cabeza es el famoso y desafortunado calificativo de «hijos de puta». No se utiliza, no se pronuncia, no se escucha el calificativo en ningún momento de la conversación ni por su parte ni por la mía, pero está presente… Porque a pesar de todo, mi amigo se siente arropado por la gente que dejo apartada para sacar adelante proyectos de gente que le dio la espalda.
Y la verdad que tener un jefe mitómano por naturaleza, con una prepotencia desorbitada, un ego a la altura de su ignorancia y una falta del sentido del ridículo solo comparable con un fétido aliento debe de ser muy duro de llevar… pero a mí, sinceramente, este personaje me da pena, o como decía un sabio «a este le tuvieron que dar muchas collejas de pequeño». Y me da pena porque llegar a tu propia empresa que está en el mismo borde del abismo, y que sepas que ni un solo empleado de los que hay allí daría un euro por ti tiene que ser duro. Porque presumir de medios y servicios y tener a tus empleados trabajando con su propio material es bochornoso y porque incluso él, sabe que el culo se lo están salvando los empleados, porque él, por si solo no vale nada. Miente, promete…y la mentira tiene las patas muy cortas, y en su sector, cada día lo saben más.
Mi amigo me contaba que, al principio culpaba a su jefe de todo lo que le había pasado, pero que, después de todo este tiempo pensándolo, se dio cuenta que la culpa la tenía él… si el primer día de falta de respeto le hubiera parado los pies, si no le hubiera cogido el teléfono a las 11 de la noche o un domingo, si le hubiera dicho que no trabaja los fines de semana… quizás no hubiera pasado nada. Si hubiera puesto por delante su profesionalidad y su orgullo y a la primera de cambio se hubiera girado y se hubiera ido, no estaría de baja ahora. Porque cuando eres bueno en tu trabajo y confías en tu profesionalidad (aunque te la pongan constantemente en tela de juicio) sabes que pronto saldrás adelante. Porque lo cómodo es llamarle «hijo de puta» a sus espaldas y lo difícil es ser valiente. Ser valiente y hacer lo correcto es el denunciar ese acoso. Denunciar con pruebas, como ha hecho el, guardando esos mensajes vejatorios por SMS que ponen en duda su trabajo, esos whatsapp llenos de ordinarios términos y esos emails llenos de amenazas y agresiones verbales.
Sé que hay mucha gente en esta situación y solo les puedo decir que no tienen que permitir que ningún soberbio narcisista prepotente ponga jamás en tela de juicio su trabajo. Porque los profesionales gastan mucho dinero y tiempo en prepararse para conseguir un trabajo digno y remunerado en consecuencia. Porque los profesionales demuestran lo que valen sacando adelante una empresa ( recordad que la empresa la sacáis adelante vosotros) y porque tenemos que diferenciar entre lo que es un «jefe» al que se respeta, valora y se le es fiel a sus ideas y lo que es un «el que me paga».
Aprovecho para decir que a mi amigo le han despedido, sigue de baja y está en tratamiento psiquiátrico con depresión. Vamos lo que su empresa decía… vergonzoso. Pero ahora ya no puede ser el cobarde que no se enfrentó a los ataques laborales, ahora está saliendo ese valiente que sabe y promete que tiene que volver a ser él, pero lo hace por su familia, por él… y no por un sueldo o un esclavista sin emociones ni sentimientos.
Quiero terminar este post con varias reflexiones:
No hay jefe «hijo de puta» hay trabajador con falta de confianza en sí mismo.
Nunca olvidar que un trabajo es eso, un trabajo y se puede cambiar, pero la familia es algo mucho más grande que un trabajo…y ésta si que no se puede cambiar.
Creer que el mundo se acaba por dejar un trabajo es un gran error. Si confías en ti, nunca te faltarán ideas y trabajo.
Nunca permitáis que os falten el respeto, porque si lo permitís, el primero que se está faltando el respeto sois vosotros mismos. Si no nos respetamos, nunca llegaremos a ningún lado.
Disfrutad la vida como lo que es, única! Amad a los vuestros, disfrutad de todo lo que os rodea y centraros en quien os aporte algo. La maleta de la vida es muy pequeña y llenarla de residuos e intoxicaciones hace que no podamos disfrutar de este viaje que solo es de ida.
Si alguien se siente ofendido os pido mi más humildes disculpas, pero ver a una persona llena de energía como mi amigo en una situación límite se hace muy difícil, pero una cosa la tengo clara… muy pronto estará de nuevo dando guerra!
SHUT THE FUCK UP AND WIN!